No hay día en el que me despierte y no piense que las cosas van a salir bien. Puede que después el devenir de las horas cambie o haga mella en el ánimo de uno mismo, pero solamente es algo momentáneo.
¿La vida es una viaje en el que tenemos que pasarlo mal por la presión que nos metan otros, o por el sinsabor de los problemas? Para nada.
Bastante corta es la vida a la par que efímera como para desperdiciarla en cosas innecesarias. La vida es disfrutar, reir, dormir, el sexo, la comida, la fiesta, la amistad, y todas las cosas buenas que hay... No los problemas, a los que evidentemente tenemos que enfrentarnos, pero podemos elegir a los que queremos o no a veces. Y ahí está el meollo de la cuestión de la que trata esta entrada de mi blog.
Al final, uno responde de uno mismo y de sus decisiones. Ante todo, la vida está para compartirla con gente que te acepte como eres, que te respete, y que te valore. Eso sobre todo.
Por eso amigos y amigas, a disfrutar de nuestra vida, que después de todo, son dos días.
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