jueves, 5 de noviembre de 2015

Una idiosincrasia peligrosa.

Definimos la palabra "idiosincrasia" como ese conjunto de características hereditarias o adquiridas con el paso del tiempo, que definen el carácter de un individuo o de un colectivo. Hago esta aclaración previa porque esta entrada gira alrededor de lo que tenemos en esta tierra llamada Tenerife, Canarias, y por ende, España.

Bien. A veces cualquiera puede caer en el "mejor malo conocido que bueno por conocer" porque es algo fácil, sencillo, que no exige esfuerzos extras. Dejar las cosas fluir, y todo eso... O que todo siga igual. Pues bien, me centro en esta característica de nuestra desafortunada idiosincrasia para analizar lo terriblemente cancerígena que resulta.

Cuando todo sigue igual, no hay iniciativa. No hay ganas de mejorar, ni de innovar.

Cuando todo se reparte entre los amiguitos de siempre, en cualquier área, música, cultura, política, todo permanece inamovible, parado, y a la postre oxidado a la par que decadente.

He tenido el infortunio de observar esto mil veces, desde que tengo recuerdo, en este bello archipiélago, en el que importa más el conocido, el amigo, el familiar, que la propia meritocracia,o los criterios de calidad y de transparencia. Ese es el llamado NEPOTISMO. Este es el gran cáncer de nuestra sociedad, y de nuestro país. Esto, es lo que ha llevado a que seamos el ridículo de Europa, y de ahí y de la falta de iniciativa viene el famoso y denigrante término "aplatanados" que tanto se nos suele aplicar a los canarios.

Todos lo hemos visto, lo vemos, y lo veremos cada día en nuestra vida cotidiana. Y uno se cansa. Se cansa de ver a los mismos en los mismos cargos toda la puta vida; se cansa uno de ver como se reparten el pastel los de siempre, sin aportar nada nuevo (música, política, cultura) y me siento en el deber de señalarlo, aunque no guste.

Porque como bien dice un buen amigo, la verdad no es bonita, pero te hará libre.

Y eso es precisamente lo que necesita esta isla, este archipiélago y este país. Aire fresco, y sacar basura, que lleva mucho tiempo lastrando y entorpeciendo. Si, puede que no sirva de nada, pero al menos me siento más realizado denunciando lo que pasa.

Espero que las próximas generaciones, no se queden con lo de siempre; que los próximos empresarios, no se conformen con vender la misma basura una y otra vez, ofreciendo siempre lo mismo; que haya iniciativa, y menos cruzarse de brazos fuera de los locales esperando que los artistas te traigan gente. Que se abogue más por la unidad, y menos piques e individualismos que no le importan a nadie. Que los políticos estén más cerca de las personas, sin caer en el populismo barato y carnavalesco. Otra idiosincrasia es lo que se necesita aquí.

Ya  iremos viendo si empezamos a concretar todavía mucho más.

Salud.

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