sábado, 12 de julio de 2014

Enseñanza.

La vida te enseña de muchas maneras, normalmente por las malas, porque así es como mejor se nos graban las lecciones a los seres humanos.

No importa el momento en el que esto ocurra, porque puede pillarte en el mejor o en el peor momento.

En esta ocasión, es la aplicación total e inequívoca del refrán tan popular "que cada palo aguante su vela". La sensación de bienestar con otras personas, la fraternidad, etc, son únicamente condiciones favorables temporales, y digo temporales porque en algún momento se irán repentinamente, quedando totalmente desamparado si no eres previsor.

¿Cómo se puede ser previsor? No sabría decirlo, probablemente no teniendo corazón y actuando fríamente cuan ordenador. Una persona muy sabia me dijo una vez que no es suficiente haber hecho 99 cosas bien, si la 100 la hacías mal o consideraban que no lo has hecho bien. Bingo, porque así es: desde que falles, u otras causas se pongan en tu contra, estarás contra las cuerdas precisamente por ser confiado, esperar ayuda, etc.

La solución práctica es tener siempre los cabos bien atados y nunca fiarte del todo,  porque siempre habrá algo al acecho esperando a que bajes la guardia.

Que cada palo aguante su vela, porque si no, nadie lo hará por ti.