lunes, 29 de octubre de 2012

Despiertas.

Despiertas.

Hay una sensación diferente a la de ayer, y a la de hace dos días, y a la de hace un mes. La luz del sol recorre tu habitación con una calidez singular y especial. Hoy es un día diferente.

Por un instante, caes en la cuenta de que no hay ninguna preocupación a tu alrededor. Sientes paz y tranquilidad. Sabes que queda mucho por mejorar, pero simplemente, no hay presión. No notas nada. Notas que lo haces bien; notas que al fin, empiezas a tomártelo todo en su justa medida, ni más ni menos.

Hoy no hay lugar para la insatisfacción y para preocupaciones absurdas. ¿Será solamente circunstancial? El día transcurre, y esa paz no desaparece. Paz, que bien podría ser indiferencia. Indiferencia de lo absurdo, indiferencia de los problemas, indiferencia de las malas vibraciones con las cuales muchos de los que te rodean pretenden infectarte, para acabar siendo un amargado y fracasado más, como ellos.

Debe ser la luz de este soleado y maravilloso día. Por primera vez, tengo la impresión de que no hay nada que pueda salir mal, y si así sucede, da igual, porque al final todo saldrá bien.

He despertado algo dormido: la paz.

domingo, 28 de octubre de 2012

No olvides.

¿Por qué habría que olvidar?

Hago esta pregunta de manera genérica. ¿Es necesario olvidar para seguir adelante?

El fruto de la buena experiencia (o mala) me ha dicho que no. Lo que se debe hacer es intentar perdonar siempre que sea posible, porque está claro que muchas veces no se podrá, aunque eso depende de cada uno, yo si soy de los del "todo o nada" y me gusta serlo.

La confianza es algo maravilloso, tanto con los verdaderos amigos, como con tu pareja, o con tu familia. Pero tiene el detalle de que una vez dañada, ya no es igual. Una vez que ha sido mancillada, no es posible que funcione igual.

¿Cómo iba a ser de otra manera? Es muy bonito y además políticamente correcto, decir que se puede perdonar siempre. Ja. Mentira. Prefiero ser honesto, a ser un hipócrita. Guardar las apariencias es una pieza más del juego de la vida cotidiana, pero tus propios sentimientos, solamente los tienes tu, y además, tienen la característica de que son incontrolables. Lo que si que puedes controlar es el cómo los plasmas en el exterior.

Aquí entra en juego el factor tiempo. Es poderoso, y muchas veces conduce al olvido, y la resignación. Otras veces, junto con el devenir de los acontecimientos, hace justicia, y otras no. Simplemente, hay que tener paciencia, nada más. Escuché una vez que la venganza es un plato que debe servirse frío, y además, añado que servido a través de la elegancia, y el éxito, escuece más todavía.

Uno siempre ha tratado de ser ecuánime, pero llega un momento en el que el muro de la paciencia se resquebraja. Me gusta pensar también, que siempre pago mis deudas, y así serán a su debido tiempo.

Y aunque el tiempo pase, no olvides, porque te ahorrará disgustos innecesarios.

lunes, 22 de octubre de 2012

Far away from here.

En una noche cualquiera, escuchando esa música que te hace olvidar todo lo que te rodea, en incluso el lugar en el que te encuentras, imagino algo.

Medito sobre lo conseguido hasta ahora. ¿Poco o mucho? No sabría decirlo realmente. Si hay algo que me marca de verdad es el hecho de no conformarme jamás con nada, con todo lo que conlleva. Hay personas que una vez obtienen algo, luego quieren otra cosa, o quizás se percataron de que era algo no tan bueno como esperaban. Capricho, tal vez; necesidad de progreso, también.

Sueño con demasiadas metas y objetivos, y da la impresión de que si tuviera más de una vida haría mil cosas diferentes. No soy de los que prefieren pasar inadvertidamente por el mundo; lo respeto, pero no lo comparto. Me gusta ser honesto y tratar de intentar dar lo mejor de mi en cada momento.

Miro el mapa en mi escritorio y sé donde me gustaría estar, y en que lugar poder explotar ese potencial que creo que llevo dentro. La pregunta es: ¿si llega el momento, que pesará más en la balanza? ¿El pasado, el presente, o el futuro?

Lo primero, me ha hecho perder mucho tiempo, y no. En el presente, la única opción es avanzar hacia delante. El futuro, está al alcance de los que lo quieren y lo desean, y es lo que quiero.

¿Estará aquí? Cada vez me inclino más a pensar que no.

lunes, 15 de octubre de 2012

Serenidad.

Solamente cuando eres capaz de controlar tus emociones, eres dueño de ti mismo.

El que puede mantenerse sereno en la situación más difícil, más caótica, y ver la senda de la solución y del éxito es el que por lo general, suele salir airoso.

¿Pero quién es capaz de mantenerse frío en todo momento? Nadie. Es lo que tiene la condición humana. No queda más remedio que superarnos a nostros mismos, sacar partido de nuestras emociones tratando de dominarlas, y sobretodo no tener miedo ni dudas en nuestras propias capacidades. De hecho, esto se puede resumir en dos frases que he leído en alguna que otra ocasión:

"Si dudas de tu poder, das poder a tus dudas"

Si no confías en tus propias habilidades y dotes ¿quién se supone que lo hará? Nadie. Así observamos como los que confían plenamente en si mismos, pueden errar y equivocarse a veces, pero contagian de esa confianza a los que se encuentran a su alrededor. Muchos califican de prepotencia o soberbia ser conscientes de las virtudes que se poseen, pero eso es indiferente: lo que cuenta es tener éxito, y si no, ser capaz de levantarse si te caes, siempre.

"El miedo hiere más que las espadas"

El temor es lo que marca la fina línea entre triunfar o fracasar. De ahí a que piense que aquel que tiene el suficiente autocontrol, es el que suele triunfar, al margen de la intervención de la fortuna o la aleatoriedad. No importa cómo sea tu enemigo ni en que contexto luches, pues si eres capaz de ser racional y analizar cada situación, puedes darle la vuelta a casi cualquiera de ellas. Por enfrentarse a cinco enemigos cuando te encuentras sólo y en clara desventaja, no significa tener la lucha perdida de antemano, sino la situación que te obliga a utilizar todo tu potencial con el fin de vencer.

Y así, se escribe el camino hacia la victoria. Nadie duda de que siempre hay que tener tanto maña como fuerza, pero la experiencia termina hablando más en favor de la primera que de la segunda.

Tranquilo, como las aguas en calma. No es fácil, pero no es imposible.

sábado, 13 de octubre de 2012

Lo realmente justo.

Sin intención de realizar una apología de lo que es justo y lo que no, pues tampoco tengo la, llamésmola "auctoritas" para decidir sobre algo semejante, quería compartir en este humilde espacio, lo que la experiencia y la casuística me han venido diciendo con el paso del tiempo.

Puede que en ocasiones, lleguemos a sentirnos entre la espada y la pared, y que las circunstancias a nuestro alrededor parezcan previamente ubicadas así, en nuestra contra. En esos momentos, nos planteamos ciertas cosas, como por ejemplo, pensar que lo que hemos hecho hasta ahora ha estado mal (que puede ser también a veces) que lo que algunas personas se empeñan en reiterarnos sobre nuestros defectos o comportamientos pueda ser cierto, y que finalmente, hayan sido nuestros pasos los que directamente nos han llevado hasta esta trampa circunstancial.

Tengo una respuesta para esto: no.

Todo en esta vida va por rachas, mejores, y peores. Puede ser que alguna vez, en vez de salir cara, salga cruz, pero no por ello vamos a venirnos abajo, al contrario. Leí una vez que los buenos generales demuestran sus mejores virtudes y dotes en situaciones desfavorables, y no cuando el viento va a favor, y esta dicha es igualmente aplicable a todas las facetas de nuestra existencia.

Dicho esto, hay que señalar que, el tiempo pone a todos y todas en su sitio. Esta regla no falla, sencíllamente, porque aunque te puedan salir las cosas mal, aquel que se muestra ecuánime, bondadoso y justo, se ve compensado al final, más tarde o más temprano.

Pretendo que en mis palabras no se contagien de ciertos aires revanchistas , pero cuando te encuentras en ese momento exacto en el que te das cuenta que llevabas razón, es difícil negar que es, ya no solamente reconfortante: es incluso placentero.

La experiencia y el tiempo son los que dictan si realmente estás haciendo las cosas bien o no.


lunes, 8 de octubre de 2012

3 segundos.

Ritmo, danza, oscuridad.

El ritmo mueves tus pasos y la euforia invade tu mente.

En la oscuridad trasluce algo.

Miras.

3 segundos, no es mecesario más.

El tiempo empieza a transcurrir lento.

Cuando te das cuenta, avanzas hacia delante, sin darte cuenta.

De pronto, el tiempo corre, llevándote arrastras.

No te das ni cuenta.

Movimientos que hacen perder la cabeza.

Una danza cuyo erotismo traspasa los límites de la realidad.

Y como en un sueño breve, despiertas.

Entre luces y humo se desvanece.

Sientes una extraña herida en tus labios.

Agridulce, así como reconfortante recuerdo.


¿Una historia de ciencia-ficción? ¿Mito o realidad? ¿Quién sabe?

viernes, 5 de octubre de 2012

Un concierto para recordar.

Aunque hayan pasado ya cuatro meses desde aquel día, todavía sigue en mi cabeza presente en cada momento.

Fue el debut de Estación Zoo en el Aguere Espacio Cultural.

¿El concierto de mi vida? Quizás es decir eso es demasiado. Solamente son 22 añitos y puede que haya algunos que lo superen y algunos del pasado estuvieron a su nivel, pero la magia que sentimos los que estuvimos allí arriba esa noche, no es algo que se viva todos los días ni mucho menos.

Junto con la participación del grupo en el Alisios, donde quedamos segundos a mucha honra, fue una sensación nueva y diferente.

Tras observar los videos, he llegado a una conclusión. El rock, a mi entender, no consiste en virtuosismo técnico solamente, se necesita transmitir, establecer una conexión con tu público, hacerles vibrar con tus solos, con acrobacias con el instrumento y movimientos. ¿De qué sirve hacer un solo perfecto sin interactuar, sin transmitir esa energía tan extraña que algunos llamamos rock and roll? Cualquiera que examine videos de Hendrix, The Who, y como tantos otros, se dará cuenta de que no todo era la ejecución. Es el término medio lo realmente genial.

Mi opinión personal, es que uno puede renunciar parcialmente a la ejecución instrumental perfecta, si eres capaz de contactar y de hacer gritar a tu público, de hacer que salten, de hacer que vibren.

Para mi, esto es el rock and roll.


Gracias a todos, por ser esa fuerza que te hace darlo todo en el escenario.

miércoles, 3 de octubre de 2012

El tiempo no ha pasado.

En una tarde cualquiera, estás distraído en algún asunto trivial, cuando de pronto empiezas a hablar con alguien. A priori, no resulta nada fuera de lo común, pero si que te das cuenta de muchas cosas.

Cuando una persona ha significado algo de verdad, algo significativo, da la impresión de que el tiempo no ha pasado, porque la sensación es diferente a cualquier otra persona. El tiempo se detiene.

Son solamente personas que se cuentan con el dedo de una mano, pero la sensación es similar: notas algo diferente.

Es curioso, porque cuando se establecen este tipo de conexiones, pese a ser sacudidas por el paso del tiempo, por los problemas, disputas, distancia, un día descuelgas el teléfono, y es como si no hubiera sucedido nada.

Pienso que debes proteger estas conexiones como tesoros, pues nunca sabes cuando volverás a disfrutar de algo así. No es necesario incluirlo en ningún grupo: amistad, amor...¿Qué importa eso?

A veces es mejor dejar de pensar tanto, y simplemente dejarse llevar.

lunes, 1 de octubre de 2012

Regresó el Otoño.

El placer de sentir de nuevo ese frío por la noche. Cuanto tiempo lo he esperado y casi olvidado tras este verano incandescente.

Como siempre, y en cada período de la vida, aparece un punto de inflexión. En estos momentos hay que saber reaccionar con la presteza y la virtud necesaria. Llegó el sábado. Caí en la cuenta, otra vez, que de a veces simplemente hay que estirar el brazo, y coger lo que queramos, sin tener en cuenta cada una de las consecuencias de ese acto. Si quieres algo, ve a por ello. Si quieres vivir de lo que te gusta hacer, búscalo. Si quieres tener a alguien que merezca la pena, espera, observa, y avanza. Y si no aciertas, vuelve a probar.

Error y ensayo.

Alejada la frustración, y cargado de la motivación de que si me esfuerzo, conseguiré todo lo que me proponga, me lanzo a esta nueva etapa de cabeza, al galope sobre el caballo de la confianza, dispuesto a luchar por todos los objetivos marcados, y a no rendirme jamás antes las barreras aparentemente infranqueables de la adversidad.

Con el Otoño, regresó de nuevo el espíritu de la perseverancia y la osadía.