viernes, 30 de marzo de 2012

Armas de destrucción masiva...Laboral.

Tras la huelga general del día de ayer, nos queda ver de qué manera piensa actuar nuestro querido Gobierno que se está mostrando más popular que nunca, cosechando malestar en todo el país trans unos cuantos meses de su gran victoria electoral, que como todos sabemos se debió en gran medida (o mejor dicho, en toda medida) a la crisis, al espíritu del turnismo y de "ahora voto al otro, sea quien sea". Mucho me temo que los votantes no habituales del PP, no esperaba la dureza y las formas en las que se ha actuado en tan solo unos meses.

Hoy tuve ocasión de observar la realización de un Pleno ordinario en el Ayuntamiento de Santa Cruz, y además de ser un experiencia que valoro en gran medida, pude escuchar en una de las intervenciones del portavoz popular, un argumento bastante asombroso de su propia manera de valorar el calado que tuvo la huelga en la población (negativamente, por supuesto) en el contexto de la aprobación de una moción para secundar los objetivos de la misma por parte de la Corporación municipal.

Se basaba directamente en el consumo energético. Alegaba, que en la anterior huelga general, la llevada a cabo en reacción a las medidas aprobadas por el Gobierno del PSOE, el consumo disminuyó un 17%, mientras que en esta ocasión, solamente descendió un 14%.

Por no hacer demasiadas concreciones personales, uno de los miembros del grupo mixto, que propuso la moción, señaló, no sin asombro para los que allí nos encontrábamos, que se habían dado órdenes a los ayuntamientos gobernados por el PP, para que mantuvieran las farolas, etc, encendidas todo el día, lo cual provocó risas entre los asientos de la derecha. No dejaba de ser un dato significativo.

Visto lo visto, aquí va mi reflexión. Realmente, no han cambiado en absoluto desde el 2004, siguen siendo los mismos, e incluso, peores de cómo eran antaño. Antes, nos hicieron ir a una guerra, de la cual, además de las bajas adicionales del conflicto, provocó la reacción del terrorismo el 11-M, aprobando la participación en ella por decretazo (con mayoría absoluta, como ahora) y justificándola en la existencia de armas de destrucción masiva.

Sin ánimo de remover el pasado, está claro, que haciendo una analogía, ahora si que existen armas de destrucción masiva: su reforma laboral, aprobada, ignorando cualquier tipo de queja, al más puro estilo autoritario. Esta si que es un arma peligrosa, puesto que libera de muchas trabas a los empresarios para deshacerse del personal que les sale más caro, y así poder contratar por prácticamente nada a más individuos, explotarlos, y luego echarlos igual.

Me queda una pregunta. Si esto no funciona, cosa que es más que probable...¿Qué será lo siguiente? ¿Qué nueva arma estrenarán contra los ciudadanos trabajadores, y sus derechos?

miércoles, 28 de marzo de 2012

Cuestiones prácticas.

Curiosamente, en nuestro día a día siempre terminamos por lo general amontonando una gran cantidad de problemas por el mero hecho de no ser prácticos, ni de recurrir al pragmatismo a la hora de tomar decisiones.

Por lo general, solemos dudar demasiado a la hora de tomar una determinación, pensando ya sea en las consecuencias, en otros factores, o simplemente por miedo a fallar, lo cual propicia que el problema concreto prosiga su existencia y se acumule sucesivamente con el siguiente y el siguiente.

Desde una perspectiva personal, siempre me costó durante mucho tiempo acudir a lo práctico en lugar de a lo complicado por miedo a dejar las cosas a medio hacer o por considerar que cada cuestión requiere un tiempo y una dedicación determinada. Pero con los años y las experiencias vividas al final aceptas que lo mejor es establecer tus prioridades, y actuar en base a ellas, pensando en qué es lo más importante y lo que menos, qué requiere más atención, y de qué otras cosas podemos prescindir o ignorar, al menos durante cierto tiempo.

Está claro que en el día a día siempre hay muchas batallas que librar, pero lo más inteligente no es librarlas todos, sino luchar en aquellas que puedes ganar, y en especial, aquellas en las que no tardes demasiado en resolver. Esa es mi reflexión. Tratemos de ser más prácticos.

Muchas gracias.

miércoles, 21 de marzo de 2012

La fuerza de los argumentos.

¿Hasta dónde somos capaces de llegar en la defensa de nuestra propias tesis frente a las de los demás?

Se me ha ocurrido esta temática para tratar en la entrada de hoy. Y esa pregunta es la que debemos hacernos y reflexionar sobre su posible respuesta.

Cada uno mantiene sus propias posiciones. Y a grosso modo puede dividirse en dos grandes grupos de personas que optan por una postura u otra.

Están esas personas que pese a mantener una disputa, son capaces de intentar mantener una actitud abierta, para poder escuchar argumentos que no coincidan con los suyos. Cada día que pasa, este grupo se ve reducido en base a diversas circunstancias, tales como el choque continuado con personas intransigentes, y de mentalidad cuadriculada, de las que hablaremos más abajo. Es una pena que no abundasen más de estas personas, pero como ya explicaré, su escaso número tiene una razón objetiva.

Y luego, hay personas que no ceden nunca, ni un palmo de terreno, pues o bien tienen una fe ciega en sus propios argumentos, o bien su orgullo no les permite intentar conciliar posturas propias con las ajenas. Este tipo de personas suele ser de difícil trato en todos los campos, porque aquel que se considera así mismo portador de la verdad y la razón todo el tiempo, normalmente nunca suele tenerla objetivamente. De hecho, en este grupo podría destacar los que hablan sin saber, los que opinan de cualquier cosa sin conocimientos de los hechos, etc. Este grupo es el de los ignorantes cerrados, y para nuestra desgracia, mayoritario socialmente.

¿A dónde pretendo llegar con todo esto? Muy sencillo. A medida que el tiempo pasa, y en la actualidad, la situación económica no mejora, y las personas en general empiezan a padecer una especie de ansiedad que marca sus vidas, las posturas se radicalizan, tanto hacia un lado como al otro. De modo que, llámese de izquierdas o de derechas, el segundo grupo va adquiriendo cada vez más adeptos de ambos bandos, transformando a las personas en ignorantes y energúmenos.

El peligro de la ignorancia y la violencia combinadas, es algo obvio, pues solamente tenemos que echar la vista atrás hacia el pasado siglo, para darnos cuenta de lo que puede suceder, cuando en un contexto económico similar, un hombre sin escrúpulos pero con una buena oratoria, convenció a la mayoría ignorante de un país de que la culpa de sus problemas la tenían los pertenecientes a la religión judía. Y así señalar cosas que a priori suenan tan dispares como el Holocausto, o Las Cruzadas, tienen dos puntos de conexión: la ignorancia (sea fanatismo político o religioso) y la pobreza, que de por si, termina generando brotes de violencia cuando está descontrolada y en manos del primer elemento.

Nos acercamos peligrósamente al borde del precipicio, otra vez. ¿Volverá la razón y la cordura a la mente de la población? ¿O terminaremos volviendo a 1936?

domingo, 18 de marzo de 2012

Sensaciones positivas.

Llega por fin el domingo, y a diferencia de muchos otros, me siento diferente.

Después de unas cuentas semana largas de situaciones difíciles, me encuentro tranquilo, en paz, me da la impresión de que todo va a salir bien.

Y es que complicado mantener el optimismo arriba en cada momento, pero si sabes rodearte de personas que valgan la pena, y si sabes como aprovechar el tiempo, las cosas al final van a mejor.

=)

miércoles, 14 de marzo de 2012

Aceptar, pensar y actuar.

Dicen que en estos últimos años, la tasa de suicidios en España ha aumentado de forma considerable, debido como es evidente a los despidos, problemas para llegar a fin de mes, y otros derivados de la crisis que todos conocemos.

Nunca he entendido el suicidio. Cada uno es libre de elegir lo que hace con su vida, pero los que lo hacen por escapar de sus responsabilidades de la forma más sencilla no tienen mi consideración. No han sido fuertes para enfrentarse a la realidad. Solo entiendo esta salida en dos casos: en el ámbito castrense, cuando es por un bien mayor y no queda ninguna opción mas, y cuando se trata de una enfermad incurable, para evitar sufrimientos innecesarios.

Claro que, tampoco podría decir que yo este al límite que otras personas han llegado a estar. No obstante, cada uno tiene su propia guerra que librar y una batalla que ganar cada día, aunque las apariencias digan que si o que no.

Mi reflexión de hoy viene condicionada por lo siguiente: ¿nos sirve de algo quejarnos o autocompadecernos? Mi respuesta es no. Negar las responsabilidades y achacarlas a la mala suerte es una forma fácil de convencernos de no ser culpables de nuestro infortunio. Por supuesto que existen factores aleatorios, pero quien gimotea en lugar de pensar y rebanarse los sesos pensando en la forma de solucionar sus problemas, siempre tendrá, y además, se le irán acumulando.

Lo mismo sucede como los que no aceptan los hechos. Los que hacen oídos sordos a la verdad de su situación son igualmente débiles. Es incluso peor, porque cuanto más tarden en aceptar que tienen un problema, peor será el daño en el momento de aceptarlo.

Y no se trata de ser un bloque de cemento, sin sentimientos, sino que debemos domarlos, porque por lo general solo contribuyen a tomar decisiones equivocadas, en todos los campos, desde el trabajo, hasta el amor. Tenerlos en cuenta, si, pero no dejar que te lleven a hacer algo sin hacer uso de la razón antes.

Cuando se te presenta una época dura, oscura, donde parece que nada va a salir bien, hay que tomar este camino: aceptar, pensar, y actuar. En ese orden, porque aquí cambiar el orden de los factores si que altera el producto final, de forma desastrosa.

Ese es mi consejo. Gracias por atenderme.

lunes, 12 de marzo de 2012

Receptividad.

Es fundamental en la vida mostrar una actitud receptiva para con las personas con las que pretendemos congeniar. Tan básico como el tratar de tener paciencia con esas otras personas que no nos caen bien, pero que debemos soportar por cuestiones prácticas o de interés.

Lo cierto es que hay personas con las que conectas a la primera, sin ser necesario intercambiar muchas palabras. No podría definirlo con palabras. Es una sensación única; esa receptividad es básica.

Pero no siempre sucede mutuamente. Puede que esa persona te encante, pero no sea un sentimiento compartido, o viceversa. Es algo irremediable. No se pueden forzar las cosas, o no hasta que una relación con otra persona se convierta en algo plástico, falso. Nunca he sido de ese tipo de conexiones.

Tampoco de insistir en algo sin observar ningún tipo de receptividad. Lo veo cada día a mi alrededor. Me parece triste, muy noble quizás, pero triste. Gente que marcha contracorriente sin obtener nada. La experiencia te dice que de donde no hay, no se puede sacar, y de nada sirve insistir. Hay gente que dirá que me equivoco, lo cual es posible, pero yo no lo creo así. Si no ves ni una muestra de receptividad, es casi imposible que aparezca amistad, por no decir nada más profundo.

Mi consejo es que una vez que encuentras una conexión receptiva, del tipo que sea, no hay que desaprovecharla.

viernes, 9 de marzo de 2012

El poder del miedo.

Hace ya algún tiempo que la gran mayoría de las personas que me rodean, viven en una rutina en la que impera el miedo, especialmente si tenemos en cuenta el contexto en el que vivimos. A todos nos afecta algún tipo de temor, sin duda.

Hay personas que temen perder sus puestos de trabajo, otras que temen no volver a trabajar, otras se preocupan por el futuro de su familia y de si mismos. A otro no les importa nada, salvo que llegue el fin de semana para salir, emborracharse, y poco más. Ignoran el futuro que les aguarda a la vuelta de la esquina.

Y es muy curioso como el miedo y la inseguridad, mueve a las masas a tomar decisiones que luego lamentan una y otra vez. Han pasado solamente unos cuantos meses desde la llegada al poder de la derecha, y se han sentado las bases para la debacle, para llegar a los 6 millones de parados, entregando a los empresarios una nueva arma para justificar el despido, cada vez a menor coste.

¿Y si no funciona? ¿Qué será lo próximo? El despido a coste 0, o mejor dicho, despido libre. Mientras tanto, el Banco Central Europeo, vuelve a inyectar más dinero en los bancos para que estos los utilicen para sus propios fines internos, no para hacer circular dinero a traves de concesiones de préstamos o de hipotecas para reactivar la economía.

El poder del miedo funciona así, forzando la mente de la mayoría a tomar decisiones incomprensibles, que luego lamentan. Esta legislatura acaba de empezar, y en solo unos meses, se ha realizado un retroceso social y económico que bien podría medirse en décadas. Pero no pasa nada, a disfrutar lo votado (Camps, Aguirre, Barberá, Rajoy, Gallardón que ya se quitó la careta también, etc, etc)

Puede que al final, el miedo que algunos utilizaron para vencer en las urnas se les vuelva en su contra. Puede que si la gente empieza a pasar hambre, las cosas se pongan feas. Y puede que alguien prenda fuego a un edificio, cuan ateniense enfurecido, clamando vergüenza por un país arruinado por su clase política, por la banca y por los grandes empresarios.

Empieza a oler a quemado.

lunes, 5 de marzo de 2012

Cimientos de arena.

Desde las mayores y más poderosas estructuras que ha creado el ser humano a lo largo de la historia, hasta las más íntimas y pequeñas, han de sostenerse sobre unos cimientos bien asentados.

A decir verdad, esto puede extrapolarse a las relaciones personales, de amistad, amor, o de ámbito laboral. Es decir, una relación no puede basarse ni sostenerse a través de la falta de honestidad, la no aceptación de críticas, o también, en la búsqueda incesante de alguna grieta, que si bien pueden existir, ayudan a empeorar, o a que aparezca una de verdad.

Como todo en esta vida, las relaciones se basan en equilibrio.

Cuando el equilibrio se rompe, solamente es cuestión de tiempo que todo se venga abajo, porque sin orden, sin coherencia, los cimientos son de arena, y al final terminan derrumbándose, con las consecuencias que evidentemente supone algo así.

Además, las estructuras necesitan de un mantenimiento, que muchas veces descuidamos egoístamente alegando que el primer paso debe darlo el otro, o simplemente, por considerar que no hay riesgo alguno de desplome. Craso error.

Las apariencias engañan, y mucho, por eso creo que no debemos descuidar nunca las cosas que realmente nos importan y apreciamos, porque al final, más vale subsanar un defecto a tiempo que luego mirar en silencio los escombros de lo que fue, y de lo que pudo haber sido.