lunes, 12 de marzo de 2012

Receptividad.

Es fundamental en la vida mostrar una actitud receptiva para con las personas con las que pretendemos congeniar. Tan básico como el tratar de tener paciencia con esas otras personas que no nos caen bien, pero que debemos soportar por cuestiones prácticas o de interés.

Lo cierto es que hay personas con las que conectas a la primera, sin ser necesario intercambiar muchas palabras. No podría definirlo con palabras. Es una sensación única; esa receptividad es básica.

Pero no siempre sucede mutuamente. Puede que esa persona te encante, pero no sea un sentimiento compartido, o viceversa. Es algo irremediable. No se pueden forzar las cosas, o no hasta que una relación con otra persona se convierta en algo plástico, falso. Nunca he sido de ese tipo de conexiones.

Tampoco de insistir en algo sin observar ningún tipo de receptividad. Lo veo cada día a mi alrededor. Me parece triste, muy noble quizás, pero triste. Gente que marcha contracorriente sin obtener nada. La experiencia te dice que de donde no hay, no se puede sacar, y de nada sirve insistir. Hay gente que dirá que me equivoco, lo cual es posible, pero yo no lo creo así. Si no ves ni una muestra de receptividad, es casi imposible que aparezca amistad, por no decir nada más profundo.

Mi consejo es que una vez que encuentras una conexión receptiva, del tipo que sea, no hay que desaprovecharla.

No hay comentarios: