lunes, 14 de diciembre de 2015

For a better day.

No hay día en el que me despierte y no piense que las cosas van a salir bien. Puede que después el devenir de las horas cambie o haga mella en el ánimo de uno mismo, pero solamente es algo momentáneo.

¿La vida es una viaje en el que tenemos que pasarlo mal por la presión que nos metan otros, o por el sinsabor de los problemas? Para nada.

Bastante corta es la vida a la par que efímera como para desperdiciarla en cosas innecesarias. La vida es disfrutar, reir, dormir, el sexo, la comida, la fiesta, la amistad, y todas las cosas buenas que hay... No los problemas, a los que evidentemente tenemos que enfrentarnos, pero podemos elegir a los que queremos o no a veces. Y ahí está el meollo de la cuestión de la que trata esta entrada de mi blog.

Al final, uno responde de uno mismo y de sus decisiones. Ante todo, la vida está para compartirla con gente que te acepte como eres, que te respete, y que te valore. Eso sobre todo.

Por eso amigos y amigas, a disfrutar de nuestra vida, que después de todo, son dos días.

miércoles, 2 de diciembre de 2015

Perder el tiempo.

Esta mañana me he pasado varias horas en hacer cosas necesarias para llevar a cabo una serie de inscripciones que al final se han visto frustradas, básicamente porque en la Administración de nuestro país, sea del tipo que sea, siempre hay una excusa para que el contribuyente pague, incluso cuando no debería.

Esto me ha hecho reflexionar sobre la ingente cantidad de tiempo de nuestra vida que desperdiciamos en este tipo de tareas o deberes que muchas veces son infructuosos a la par que inútiles.

Y voy a intentar ponerme una nueva meta al respecto. Se acabaron todas estas tonterías de perder tiempo para nada, en tareas superfluas, y que casi siempre producen frustración. Mejor concentrarse en una cosa o dos, que en veinte, porque como ya dice el famoso dicho: "quien mucho abarca, poco aprieta".

De otra parte, habría que analizar la inutilidad malintencionada de nuestra "eficaz" Administración pública, cuyo principal fin, además de las multas, y sacarnos el máximo posible de dinero, es provocar estas pérdidas de tiempo para socavar el ánimo de la gente a efectuar trámites o tener iniciativa en otros ámbitos. Un aplauso para nuestro ejemplar sistema.

Otro posible ejemplo, sería la tensión que ocurre cuando uno está al volante de un coche. ¿Merece la pena perder el tiempo y coger nervios? No. Pero tal y como está todo planteado es muy difícil o imposible no hacerlo. En eso si me he dado cuenta de lo beneficioso que es ir a pie y andar.

Al final todo es una lucha entre el reloj, estas obligaciones y uno mismo por hacerlo lo mejor posible, sin malgastar nuestro tiempo en tonterías. Francamente una tarea muy difícil...