viernes, 9 de marzo de 2012

El poder del miedo.

Hace ya algún tiempo que la gran mayoría de las personas que me rodean, viven en una rutina en la que impera el miedo, especialmente si tenemos en cuenta el contexto en el que vivimos. A todos nos afecta algún tipo de temor, sin duda.

Hay personas que temen perder sus puestos de trabajo, otras que temen no volver a trabajar, otras se preocupan por el futuro de su familia y de si mismos. A otro no les importa nada, salvo que llegue el fin de semana para salir, emborracharse, y poco más. Ignoran el futuro que les aguarda a la vuelta de la esquina.

Y es muy curioso como el miedo y la inseguridad, mueve a las masas a tomar decisiones que luego lamentan una y otra vez. Han pasado solamente unos cuantos meses desde la llegada al poder de la derecha, y se han sentado las bases para la debacle, para llegar a los 6 millones de parados, entregando a los empresarios una nueva arma para justificar el despido, cada vez a menor coste.

¿Y si no funciona? ¿Qué será lo próximo? El despido a coste 0, o mejor dicho, despido libre. Mientras tanto, el Banco Central Europeo, vuelve a inyectar más dinero en los bancos para que estos los utilicen para sus propios fines internos, no para hacer circular dinero a traves de concesiones de préstamos o de hipotecas para reactivar la economía.

El poder del miedo funciona así, forzando la mente de la mayoría a tomar decisiones incomprensibles, que luego lamentan. Esta legislatura acaba de empezar, y en solo unos meses, se ha realizado un retroceso social y económico que bien podría medirse en décadas. Pero no pasa nada, a disfrutar lo votado (Camps, Aguirre, Barberá, Rajoy, Gallardón que ya se quitó la careta también, etc, etc)

Puede que al final, el miedo que algunos utilizaron para vencer en las urnas se les vuelva en su contra. Puede que si la gente empieza a pasar hambre, las cosas se pongan feas. Y puede que alguien prenda fuego a un edificio, cuan ateniense enfurecido, clamando vergüenza por un país arruinado por su clase política, por la banca y por los grandes empresarios.

Empieza a oler a quemado.

No hay comentarios: