lunes, 5 de marzo de 2012

Cimientos de arena.

Desde las mayores y más poderosas estructuras que ha creado el ser humano a lo largo de la historia, hasta las más íntimas y pequeñas, han de sostenerse sobre unos cimientos bien asentados.

A decir verdad, esto puede extrapolarse a las relaciones personales, de amistad, amor, o de ámbito laboral. Es decir, una relación no puede basarse ni sostenerse a través de la falta de honestidad, la no aceptación de críticas, o también, en la búsqueda incesante de alguna grieta, que si bien pueden existir, ayudan a empeorar, o a que aparezca una de verdad.

Como todo en esta vida, las relaciones se basan en equilibrio.

Cuando el equilibrio se rompe, solamente es cuestión de tiempo que todo se venga abajo, porque sin orden, sin coherencia, los cimientos son de arena, y al final terminan derrumbándose, con las consecuencias que evidentemente supone algo así.

Además, las estructuras necesitan de un mantenimiento, que muchas veces descuidamos egoístamente alegando que el primer paso debe darlo el otro, o simplemente, por considerar que no hay riesgo alguno de desplome. Craso error.

Las apariencias engañan, y mucho, por eso creo que no debemos descuidar nunca las cosas que realmente nos importan y apreciamos, porque al final, más vale subsanar un defecto a tiempo que luego mirar en silencio los escombros de lo que fue, y de lo que pudo haber sido.

3 comentarios:

Gem dijo...

Muy muy cierto Fian!

Fernando Morales dijo...

Yo siempre he pensado que un amigo o compañera es el que esta cuando lo necesitas.no el que esta todo el tiempo. Esta claro que la confianza se gana con el tiempo y el amor. Pero cuando a uno le pasa algo sabes que personas van a estar contigo

Fran Bruñas dijo...

Muchas gracias chicos!!
Claro, lo importante es estar en lo buenos, pero también en los malos! :)