lunes, 8 de octubre de 2012

3 segundos.

Ritmo, danza, oscuridad.

El ritmo mueves tus pasos y la euforia invade tu mente.

En la oscuridad trasluce algo.

Miras.

3 segundos, no es mecesario más.

El tiempo empieza a transcurrir lento.

Cuando te das cuenta, avanzas hacia delante, sin darte cuenta.

De pronto, el tiempo corre, llevándote arrastras.

No te das ni cuenta.

Movimientos que hacen perder la cabeza.

Una danza cuyo erotismo traspasa los límites de la realidad.

Y como en un sueño breve, despiertas.

Entre luces y humo se desvanece.

Sientes una extraña herida en tus labios.

Agridulce, así como reconfortante recuerdo.


¿Una historia de ciencia-ficción? ¿Mito o realidad? ¿Quién sabe?

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