Por fin que me las toscas e intransigentes cadenas de mi pasado, parece que se han marchado al fin en apariencia, viene a mi cabeza una pregunta sencilla quizás...¿Y ahora qué?
La pregunta más sencilla del mundo resulta ser de lo más complicada y difícil de responder, en cierto modo, ¡incluso asusta! Hacia donde ir ahora es una gran pregunta, ¿cómo enfocarlo todo? ¿hacia dónde? ¿empezar de nuevo, una nueva historia? Quizás, pero siempre queda la otra opción..
Dejarse llevar, simplemente eso, sin importar las consecuencias (bueno, tampoco sin exageraciones, una cosa es dejarse llevar, ¡y otra cosas es ser un irresponsable!) Dejándose llevar, puede que consiga llegar algún destino concreto...O seguir vagando.
Pero, ¿sabeís qué?
Me da lo mismo, ¡porque así estoy bien! Porque es en la sencillez, y no en la complejidad, donde más cerca está la felicidad. ;)
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