Regreso a la verdad.

Tras prácticamente un mes sin escribir, volvemos a empezar una mirar una vez más desde una visión introspectiva.

Con la llegada del mes de septiembre, en otros tiempos me invadía una sensación de agobio por el fin del verano y el comienzo de las clases. Una etapa que quedo bien atrás. Ahora mismo, deseo que llegue para enmendar todos los errores cometidos durante este año, y así evitar que vuelvan a suceder jamás.

No hay peor enemigo para nuestros sueños y metas que la pereza. Esas cadenas que se aferran a tu mente y a tu espíritu, impidiéndote seguir avanzando en la vida. Además, la pereza no viene sola, pues la escolta el escepticismo, el autocompadecencia, haciéndonos débiles, viviendo en una mentira.

Ya no tengo esa sensación. He recuperado la ilusión. La ilusión por extraer lo mejor de cada día, de cada hora, de cada minuto y de cada segundo. De vivir, no pensando en el mañana y haciendo grandes planes a largo plazo que pueden ser hundidos arrastrando con ellos tu motivación, sino teniendo siempre un plan "B".

Por eso titulo esta entrada así: regreso a la verdad, regreso a un camino largo y duro, pero en cuyo final aguardan los sueños de aquellos que no se rinden.

A toda máquina :)