jueves, 10 de enero de 2013

Reacciona Cristiano.

Ayer se pudo vivir en el Santiago Bernabéu la exhibición de uno de esos jugadores de los que se hablará cuando pasen los años y nos hagamos mayores, como tantas veces se ha ido repitiendo en el transcurso del tiempo, con jugadores de la talla de Di Stéfano, Puskas, o Juanito. Ese jugador, no es otro que Cristiano Ronaldo.

Desde su llegada al Real Madrid en 2009, no ha dejado a nadie indiferente tanto por su estilo de juego vistoso y provocativo para los rivales, como por su carácter fuera del terreno de juego, marcado por el decir lo que piensa sin tapujos; una honestidad demasiado inocente a través de la cual, los palos han llovido en su dirección en muchas ocasiones.

Los críticos, que lo atacaban argumentando su desaparición en los partidos decisivos han ido callando, siendo cada vez más fundamental para su equipo, como se pudo ver en el Nou Camp el año pasado en Liga. Las críticas por chulería o falta de humildad se caen ante el comportamiento ejemplar que mostró ante la agresión criminal de David Navarro que le costaron varios puntos de sutura, aguantando hasta el descanso, y hasta anotando un tanto.

El Real Madrid no vive su mejor momento, no es ninguna novedad. Descolgado en Liga, sus opciones se limitan al torneo del KO y la Champions. Aquí es donde surgen las luchadores y ganadores natos. Empezó el año portando el brazalete de capitán cedido por el gran capitán Íker Casillas, echándose el equipo a la espalda con uno menos, liquidando a la Real Sociedad con dos tantos. Ayer, "hat trick" y una asistencia para vencer al Celta.

Con su "tristeza" ya olvidada, la ambición del portugués mueve a un equipo partido por las guerras internas provocadas por su entrenador y las campañas fracticidas de los medios. "Tenemos que estar todos juntos" dijo en zona mixta, como diría cualquier capitán madridista que se precie.

Nunca fue Cristiano tan decisivo ni importante para el Madrid como en estos momentos. Todos buscan que continúe en el club, y con razón. Él, es el jugador franquicia, el auténtico Balón de Oro para el Bernabéu y su afición. Un punto de unión para el madridismo en el que apoyarse para salvar lo que resta de temporada.

¡CR7, no te vayas nunca!

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