martes, 18 de octubre de 2011

El día siempre depara una sorpresa.

Cuando te levantas en un día de amanecer gris, en cierto estado de ansiedad, tras varios sueños sin sentido pero muy reales, crees por inercia, que el día no marcha bien. Es lo que se llama levantarse de la cama con el pie izquierdo.

Van transcurriendo las horas, haces tus labores con normalidad, y al final, cuando haces balance del día, te das cuenta de que todo ha salido mejor de lo esperado.

Por eso, no siempre lo que mal empieza mal acaba, puede ser diferente. De nosotros depende ser capaces de captar ese lado bueno que a veces suele estar tan oculto en la vida cotidiana, que se materializa en una noticia, una buena conversación, ver un partido con los amigos...

Sin duda, son esas pequeñas cosas las que llenan nuestro vaso, las que hacen que haya más luz que sombra en el día a día.

Por supuesto, el día a día siempre te depara una sorpresa, siempre algún motivo por el que sonreir.

No hay comentarios: