Que bonita es la sensación cuando para variar se le reconocen a uno sus virtudes, su sacrificio, su sentido de la responsabilidad y de la disciplina.
Aunque a muchos les cueste creerlo, nunca he sido de esas personas a las que les gusta que les halagen demasiado, quizá debido a que a penas recibo, y aunque los recibiera, debido a mi forma de entender las cosas, no me fiaría demasiado de quien me los dedicara en exceso.
Pero por una vez, cuando se le reconoce a uno sus habilidades o virtudes, la sensación es enormemente agradable, en tanto que normalmente, la gente por lo general solamente tiene en cuenta los errores cometidos y los defectos, de modo que nunca se recuerdan las cosas positivas que se han hecho, se hacen y se harán.
La simpleza de todo esto es que no acostumbro a ver todos los días un justo reconocimiento por parte de los demás, que aunque no sepan verlo la gran mayoría de las veces, lucho y me esfuerzo por intentar hacer lo que puedo lo mejor posible.
No quiero dejar de agradecer a todos aquellos que alguna vez tienen el detalle de recordar que nadie es perfecto, que todos nos podemos equivocar y también, que a veces las personas merecemos un reconocimiento digno y justo por aquello que si que sabemos hacer.
Gracias :)
martes, 22 de marzo de 2011
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