jueves, 28 de abril de 2011

"Teoría de cuerdas"

A lo largo de la vida del ser humano, las relaciones que mantiene con el resto de sus congéneres se basa en el equilibrio, en el mutuo respeto, el saber da y recibir.

Con el fin de otorgarle alguna forma o buscar un supuesto con el que ejemplificarlo, tomaremos el bonito ejemplo de las cuerdas de una guitarra. Cuando las cuerdas están bien afinadas, de ellas brotan notas musicales dentro de una armonía, que podría definirse como el equilibrio perfecto de las relaciones.

Por el contrario, cuando no sucede así, y las cuerdas están desafinadas, de ellas solamente brota ruido, problemas, y no es posible ejecutar una melodía correctamente cuando no se dan las condiciones para ello.

Otro factor a tener en cuenta es el estado de las cuerdas. Para que sea posible que el sonido que produzcan sea bueno, las cuerdas, como las relaciones entre los seres humanos han de estar limpias, basadas en la confianza, etc. Cuando no, las cuerdas están oxidadas por la aplicación de esa frase tan ampliamente conocida de que "la confianza da asco".

Finalmente, las cuerdas también pueden romperse. Si la tensión a la que están sometidas es excesiva, si el cuidado que se les da no es el adecuado y justo, se rompen. La comparación es tan sencilla como a la par de buena.

¿Cómo se mantienen vivas y en buen estado esas cuerdas? En primer lugar cuidándolas, no despreciando su importancia. En segundo lugar, procurando solventar los problemas que diariamente suelen dar cuando se desafinan, y por último, sometiéndolas a la tensión correcta.

¿Y en definitiva que supone todo esto?

Algunas cuerdas una vez rotas, no tienen más repuesto, porque son únicas.

Mi consejo particular: no abuséis de la confianza que os dan los demás.

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