lunes, 13 de junio de 2011

Terapia de choque.

En los últimos días, en base a diversos acontecimientos, estoy empezando a vislumbrar hacia que dirección me gustaría orientar mi vida.

Está claro que querer es poder, es una verdad que siempre ha supuesto un eje fundamental en mi filosofía de vida, pero materializarlo en la práctica no es obviamente sencillo, normalmente porque se sobrevaloran otros factores como puede ser la opinión externa ("que dirán") o por timidez, etc.

¿Pero por qué limitarse uno mismo? No es una transformación sencilla, pero desde luego es posible, y el cimiento principal se construye sobre la voluntad de uno mismo, la voluntad por progresar, por ser mejor persona, por sentirse pleno con uno mismo y con lo que compone su círculo.

Se me hace raro decir que mañana cumplo 21 años, dado que no sé porque tengo la sensación de que no he hecho todo lo que quería haber hecho a estas alturas, aunque si creo que en los últimos tiempos he tratado de mejorar todo lo posible, todavía queda mucho camino y trabajo por delante, pero tengo plena confianza en mi y en toda la gente que me ayuda a seguir sin perder el rumbo correcto.

Ahora toca demostrar que esa voluntad se traduce en hechos, y no únicamente en palabras.

¡Es hora de una terapia de choque, hora de pasar a la acción de una vez por todas!

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