martes, 28 de junio de 2011

El destino si existe.

Es cuando te suceden ciertas cosas cuando comprendes que el destino, realmente existe, y que no es posible atribuirle al azar que las cosas sucedan de un modo u otro, siempre hay un factor decisivo, algo escapa de la mera probabilidad.

Entiendo cuando se cuestiona este argumento, en base a que toda decisión tomada, produce con posterioridad un resultado, positivo o negativo, sin embargo, al acostumbrarse a marchar contra la corriente, y a salir contra todo pronóstico airoso, no se puede atribuir a una mera racha de suerte.

A lo largo de la historia han sucedido pequeños detalles, casi ínfimos, que han decidido como se desarrollarían los acontecimientos. ¿Quién hubiera dicho que Alejandro Magno, tras conquistar el mundo conocido y volver a casa moriría enfermo con 32 años? ¿El destino? Si, no cabe duda.

Los pequeños detalles marcan las diferencias, siempre me ha parecido así en todos los aspectos de la vida. A veces decidir no acostarte a las 00:00 y esperar un rato más, puede llegar a evitar estar durmiendo y que un mueble de gran peso se desplome sobre ti.

¿Casualidad? No.

Lo que tengo claro es que hay algo que distribuye la diferencia, llámese destino, Dios o la Fortuna, y es que son un factor esencial a considerar. Siempre he tenido tendencias metafisicas, pero sin duda cuando te suceden ciertas cosas, lo que haces es reafirmarlas.

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