martes, 10 de enero de 2012

Echar un vistazo.

Hoy al despertar, he retenido brevemente fracciones de los sueños que anoche rondaron por mi cabeza. No suelo recordar casi nada de lo que sueño, salvo pequeños fragmentos, pero en ocasiones tengo mucha suerte.

Me encontraba en un estado de tranquilidad y armonía, pero además, también aparecía alguien más: la persona que todavía está por llegar tal vez. Por desgracia, no veía su rostro ni su nombre.

No es que ahora mismo tenga carencias precísamente en esos dos aspectos, pero, puede que en el tercero haya sorpresas que descubrir. Porque como siempre digo en la vida todo se basa en la experiencia, en el ensayo y error, hasta acertar. El balance de aciertos no suele ser grande (hay personas afortunadas en esta cuestión que dan a la primera con la persona correcta) Lógicamente, no ha sido mi caso por supuesto.

Y eso no me quita el ánimo en absoluto. Tras haber ganado experiencias, algunas buenas, y otras terribles, sigo con ganas de conocer más, de saber más, de no cesar en la búsqueda, sin desesperar. Conozoco a demasiada gente que con tal de no sentirse solos, se aferran a cualquiera. Es algo que siempre me ha llamado la atención, porque jamás haría algo semejante.

Lo entiendo, pero me parece bastante triste.

Al contrario de lo que parece, soy una persona con una paciencia enorme. Hasta ahora no ha ido mal serlo. Pero tengo ganas de pasar a la acción, de descubrir, de indagar. Es cierto que la opción más habitual es esperar, claro.

Aunque nunca está de más echar un vistazo, asomarse a la ventana y mirar hacia el horizonte, en busca de esa estrella que conmueva tu corazón. :)

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