miércoles, 25 de enero de 2012

La épica de los modestos: Mirandés.

Ayer, mientras hacía varios quehaceres en mi habitación antes de la cena, recordé que probablemente estarían transmitiendo uno de los partidos de la vuelta de cuartos de final de la Copa del Rey. Así era, de modo que me puse a ver el Mirandés-Espanyol, sin demasiado interés, puesto que el equipo de Barcelona había ganado 3-2 en su campo, y que un equipo tan modesto no podría remontar, aunque claro, en este deporte, todo es posible. Enciendo la TV.

Tras una primera parte disputada, en la que ambos equipos se mostraron prudentes y recelos (si bien el Mirandés generó un poco más de peligro en el área del Espanyol) comenzó una segunda parte en la que Rui Fonte, falso 9 del equipo catalán debido a las bajas, adelantaba a los suyos casi si quererlo, con la puntera, tras un buen centro de Weiss.

En aquel momento, pensaba que el andar del Mirandés en la Copa había terminado, pues tendría que marcar dos goles, y evitar que el Espanyol anotase ninguno más, para obrar el milagro.

Y entonces, se demostró que, querer es poder.

Pablo Infante, magnífico jugador, en el 57, se saca de la chistera un recorte y un disparo que tras botar primero justo delante, termina colándose en la portería de Casilla. 1-1, y casi toda la segunda parte por disputar.

Tras lanzarse a la épica, y fallar Alain un disparo a bocajarro delante del portero espanyolista, llega el momento decisivo. Infante, autor del primer gol, bota una falta, a la que se suma para el remate hasta Nauzet, el portero de su equipo. Aparece Caneda, defensa central, que metiendo la cabeza, envía el balón al fondo de la red del Espanyol.

En ese momento fue inevitable gritar: ¡GOOOL! Y sentirme feliz, porque no siempre un modesto equipo de segunda B es capaz de derrotar a uno de primera, y de remontar una eliminatoria. Porque no siempre puedes ver a David venciendo a Goliat.

Esta noche se juega otro partido, en el que el Real Madrid, por culpa de su entrenador y sus planteamientos, lleva en la mochila el 1-2 de la ida. La situación es límite, y solamente queda salir al ataque a por la victoria en el Camp Nou. Solamente puedo esperar, que como aficionado del Madrid, los jugadores luchen hasta el final por su escudo, y aunque pierdan, se lo dejen todo en el campo, para ser capaz de sentirme tan orgulloso como cuando vi con mis propios ojos la épica de los modestos, la épica del Mirandés.

Este blog va dedicado enteramente a este equipo, y a su afición.



Muchas gracias.

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