jueves, 8 de diciembre de 2011

Amor-Odio.

La motivación siempre ha sido un factor básico en las conquistas que cada uno va realizando a lo largo de toda su vida, es algo innegable, pues cuando tenemos una motivación que no se desvanece con facilidad de nuestra mente, hasta los objetivos más difíciles de lograr, se consiguen.

De entre las motivaciones o fuentes de inspiración, está claro que a destacar de una forma general y quizás un poco asbtracta, existen dos: el amor y el odio.

Pero sin embargo, se da un hecho muy curioso.

Así como los extremos de dos puntos suelen encontrar características comunes o similitudes (como por ejemplo la extrema derecha con la extrema izquierda) entre el amor y el odio, que parecen cosas bien diferenciadas, realmente se dan esas similitudes, sobretodo porque ambas son fuentes de pura energía y motivación.

Y la pregunta del millón. ¿Prevalece amor u odio?

Sobre esa cuestión no existe una respuesta clara y concisa. Si buscamos y observamos con detenimiento en el transcurso de la historia, se han dado todo tipo de ejemplos sobre el poder de dichas fuentes. Aunque, sin ánimo de escepticismo súbito (si se puede mirar así) el odio ha prevalecido, y ha llevado a hacer cosas desastrosas y terribles, pero también a algunas brillantes.

Un ejemplo esclarecedor. Durante la Revolución Francesa, se predicaban valores tales como la libertad, la igualdad y la fraternidad, y sin embargo la carnicería fue tan espantosa que quedó marcado como uno de los capítulos más sangrientos de la historia, si bien fue un precio necesario por lo que se logro siglos después gracias a ello. En esta época, todos tenían sus propios motivos para apoyar o no el cambio, miedo (que es algo que al final siempre termina llevando al odio) esperanzas en el futuro, por conseguir cambiar las cosas, y otros, por ajustar cuentas y hacer algo de justicia sobre gente que altivamente siempre les miró por encima del hombro, marginándolos a la pobreza y a la desolación.

Es sencillo, el amor y el odio, tomando ambos términos como dos grupos de gran amplitud que incluyen otras vertientes posibles de emociones, son dos energías que pueden hacer cosas maravillosas o cosas terribles. Pero siempre habrá que tener cuidado en una cosa: los extremos, siempre se tocan, y si un día tienes en tu cabeza como fuente de inspiración el amor, debes cuidarte de que no se convierta en la otra fuente, porque es fácil.

Mi particular conclusión, es que debemos ser conscientes del valor que tienen ambas, aunque obviamente, si hubiera que elegir, la naturaleza humana (y para no dejar de ser políticamente correctos) se decantaría por el amor...¿O tal vez no? Si ponemos la televisión un día cualquiera y observamos todos, prevalece el odio en todo el mundo. Es un hecho insalvable y evidente.

¿El hombre es un lobo para el hombre? Parece que si.

Sea la que sea, vuestra motivación no debe decaer nunca, si está encaminada a un fin positivo y bueno, a veces hasta el odio es un camino. Sé que mucha gente no entenderá esto, porque no es lo que se espera oir, pero es la verdad. A veces puedes estar en una situación que te frustra, que despierta odio en ti, y te mueve a cambiarla, a progresar, y a ser mejor persona. Al igual que el amor a veces te hace ser capaz de cualquier cosa, tanto maravillosas, como horribles. Solamente debemos leer la prensa para ver estos casos en que un hombre mata a su pareja (o viceversa, que también sucede aunque no es usual) justificándose en: "la mate porque era mía" "si no era mía no sería de nadie" entre otras muchas frases dementes.

Dejemos a un lado los prejuicios y pensemos con claridad: los extremos, como el amor y el odio, se tocan, se difuminan, y se confunden. Es algo intrínseco en la naturaleza humana, pero solamente depende de nosotros mismos utilizar correctamente las fuentes para nuestros fines, y evitar ser consumidos por el poder y la energía de los dos extremos.

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