domingo, 13 de noviembre de 2011

Noche para el recuerdo.

Si el viernes fue un día un tanto raro, ayer fue todavía más especial si cabe.

Y no es de extrañar que necesitamos de vez en cuando hablar con alguien y sincerarnos sobre diversas materias, porque a fin de cuentas es inevitable que lo que te afecta en tu interior se manifieste por fuera (la prueba definitiva es este blog, todo hay que decirlo) Fue genial tener una ocasión así. Gracias Papá.

También fue un gran concierto. Nunca me cansaré de repetir lo mucho que me gusta tocar con buenos músicos, como lo son todos los miembros de Samuel Bento & Capanna band, y también la magnífica sensación que se te queda cuando captas la atención de unas cuantas personas, que te escuchan y disfrutan con lo que más te gusta hacer.

Para rematar la noche, la buena compañía de amigos con los que es imposible pasarlo mal. Hacía tiempo que no me reía tanto, y lo iba necesitando. Incluso cuando menos lo esperaba, una persona especial trato de animarme, detalle tan inesperado como bienvenido, y que sin duda quedará grabado en en esta cabeza. Gracias Esti! :)

En otros sentidos, también me he dado cuenta de que como ya he dicho, no todo es blanco y negro, no siempre debe ser la eterna elección de "todo o nada" a veces tienes oportunidad de decidir tu mismo que tono quieres tener en tu vida.

Porque no decirlo, puede que sea el comienzo de una nueva etapa. ¡Todo va ir a mejor!

1 comentario:

Estíbaliz dijo...

A las personas que te quieren no hace falta darles las gracias cuando intentan animarte.
El "gracias" más sincero se regala con una sonrisa. (K)