martes, 22 de noviembre de 2011

Sobre el estoicismo.

Hoy me gustaría hacer una pequeña reflexión sobre esta corriente filosófica tan interesante, y de la cual soy adepto, al menos en muchos de sus planteamientos.

Se dice de la persona estoica aquella que es capaz de mostrarse indemne antes los desastres y calamidades, y de mantenerse firme ante cualquier situación. También se relaciona con el escepticismo en gran medida, a tomar decisiones a través de la razón solamente, a no dar premisas por válidas de antemano.

Sin duda es interesante el estudio de grandes estoicos como Catón de Útica, o Marco Aurelio (me encanta especialmente la época romana, aunque ambos autores son de etapas distintas) y de sus planteamientos. Ese es el aspecto que más destaco del estoicismo, junto con la razón y la lógica como solución a los problemas, o a casi todos. La creencia en una religión se contrapone a algunos dogmas filosóficos o a algunas partes de ellos.

Pero quería destacar la fuerza de voluntad sobre aquellos que son devotos de esta corriente del pensamiento humano. No es necesario teorizar demasiado, un estoico es aquel que pese a ser derrotado no contempla la posibilidad de perder la esperanza en su causa definitivamente. En eso Catón, es uno de los personajes históricos que más destacan por ello, pese a que siempre me he considerado a mi mismo "cesarista" (pese a que esa época ya tuvo lugar hace muchos decenios) y contrario a los "optimates" que el representaba, sin duda tiene gran valor la enseñanza de como luchó hasta el final y, de acuerdo a su propia naturaleza, prefirió el suicidio antes que rendirse.

No se entienda esto como una alabanza al suicidio ni mucho menos; es una alabanza a los que no desisten en su empeño cuando tienen una causa justa que defender y se mantienen indemnes pese a las calamidades, mientras otros a su alrededor se derrumban sin remedio. A todas esas personas les dedico esta entrada por ser capaces de transmitir esa fuerza a los que les rodean.

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