6 palabras.
Aunque a veces puedes sentir que las circunstancias te empujan hacia el desastre, que algunos tratan de hacerte creer que tus problemas se deben a ti mismo, y de que estás solo por tus propias decisiones, recuerda tres cosas.
En primer lugar, las circunstancias nunca deben hacerte rendirte, cuando deseas que algo se cumpla, cuando deseas ganar de verdad, y te esfuerzas, lo terminas logrando, la voluntad para ello depende de uno mismo únicamente.
En segundo lugar, cuando traten de hacerte ver que los problemas que giran a tú alrededor los provocas tú mismo, piensa en lo siguiente: ¿qué se supone que aporta el que te lo dices para resolverlos? ¿De qué forma has demostrado alguna vez lealtad a gente que ha hecho más por ti que los demás? Nunca os olvidéis, de que la ingratitud, y la deslealtad son intrínsecas en el ser humano, y solamente unos pocos consiguen eliminarla de su espíritu, mientras que otros se mueven solamente por el contexto del interés.
En tercer lugar, muy sencillo. Mejor sólo que mal acompañado. A veces es mucho más conveniente para uno mismo estar completamente solo y en paz que verse rodeado por gente que en el fondo te desprecia y te envidia, e incluso tratan de dominarte, de convertirte en un alfeñique, en un pelele, y de adueñarse del contexto de tu vida para hacértela más difícil.
Así que ante todo, aunque te intenten hacer daño, aunque las personas que quieres estén demasiado lejos como para ayudarte, y aunque traten de convertirte en el malo de película, hay que tener clara una premisa básica que se define en 6 palabras.
“Nunca dejes de ser tu mismo.”
¡El tiempo pone a cada uno en su sitio, solamente es
cuestión de tiempo!
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