jueves, 22 de septiembre de 2011

Achilles Last Stand.

Hasta los héroes de la Antigüedad, no podían ganar siempre todas sus batallas.

Y como ellos, no siempre podemos ganar, por mucho que queramos a veces toca resignarse y aceptar que a veces ganar una parte, es mejor que no ganar nada, aunque en el fuero interno de tu ser arda la llama de la obstinación.

Una vez que se ha hecho lo que se ha podido, el resultado es, en cierto modo, indeferente, puesto que lo que debes mirar es todo lo que has hecho para la victoria, y valorar que no es poco, sino algo que muy pocos podrían hacer.

"Los días se pararon cuando tu y yo nos bañábamos en el eterno resplandor del verano"

Y ese resplandor, marchito ya, no es tan eterno como a veces parece ser. Tu mirada refleja el ardor del sol en un espejo oxidado de pasado y resignación, siempre desafiante.

El último esfuerzo de Aquiles.

A veces solamente queda la opción de aceptar tu destino, por mucho que te aferres a negarlo.

Nunca pierdas la llama desafiante de tus ojos, porque solamente aquellos conscientes de quienes son, y de lo que pueden hacer, escriben su nombre en las páginas de la historia.

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