domingo, 4 de septiembre de 2011

Arrepentirse no sirve de nada.

Con el paso del tiempo y a medida que uno va adquiriendo experiencia, uno se va dando cuenta de que cuando se toman decisiones, hay que apechugar con ellas, y que aunque te hayas equivocado, eso da lo mismo.
¿Y eso por qué? Porque de nada sirve arrepentirse de los errores y actos pasados, que ya no son modificables, así que, ¿por qué molestarse en pensar en que podías haber hecho o no?
Lo que debe hacer uno es sacar jugo a todas sus experiencias, ya sean malas o buenas, para evitar en la medida de la posible tropezar dos veces con la misma piedra (aunque en realidad, es inevitable que esto no suceda, es la naturaleza humana)
Por eso, pensar en lo que pudiste haber hecho, o pensar en que harás en un futuro no tiene sentido, solamente sirve para perder el tiempo con respuestas que te serán respondidas.
Lo mejor que puedes hacer es seguir tu instinto, mirar en tu interior para saber que deseas e ir a por ello, sin importar el fracaso o el éxito, pues al final, el espíritu ganador es aquel que no se rinde en las derrotas, sino que se fortalece, así como su ímpetu se inflama para continuar avanzando por tu senda.
No dejes nunca que decidan por ti, porque a última instancia, tus decisiones te permitirán ser feliz o no.

No hay comentarios: