Desde el domingo, me he dado cuenta de que han cosas que definitivamente, han cambiado.
Poquito, poquito a poco empiezas a darte el cuenta de que perdías el tiempo comiéndote la cabeza con tonterías sin sentido, preocupaciones vacías de importancia.
Ahora solamente me dedico a dejar que las cosas fluyan, sin forzar nada; lo que tenga que ser será, porque de todas maneras, en esta vida, nada es fijo, todo cambia y se transforma, y todo lo que empieza tiene un final, inevitable.
Suena a hedonista, pero sin llegar a esa filosofía tan radical, me quedaré a sus puertas, buscando el bienestar, la felicidad, y el éxito, centrándome en aquellas cosas que me hagan sentir bien, olvidando las malas.
Efectivamente, aires diferentes empiezan a cobrar fuerza. Aires de decidir lo que quieres para ti mismo sin importar lo que otros piensen al respecto.
A fin de cuentas, tu vida es tuya, nadie tiene derecho a entrometerse en ella sin permiso.
miércoles, 28 de septiembre de 2011
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